Quién viene a terapia
Las personas somos seres complejos, capaces de sobrevivir a situaciones realmente extremas, con experiencias vitales enriquecedoras, llenas de competencias y de talento. Hasta que un día, sentimos que necesitamos un punto de apoyo externo para continuar evolucionando, para sentirnos mejor con nosotras mismas, para alcanzar aquello que sentimos que queremos y merecemos.
Ese el momento en que acudimos a terapia psicológica.
Si estás en alguna de estas situaciones, ponte en contacto conmigo
Las personas a veces nos sentimos sobrepasadas por situaciones cotidianas:
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Sentimientos de no ser aceptadas en nuestro entorno
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Exceso de responsabilidad en el hogar y/o en el trabajo
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Cambios en las rutinas diarias por maternidad/paternidad, cambios laborales o formativos.
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Pensamientos y emociones que nos hacen sentir desorientadas, con poca autoestima o poca energía.
En otros momentos de la vida, ocurren situaciones excepcionales:
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Enfermedades o fallecimiento de familiares, personas queridas y mascotas.
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Pérdida del empleo
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Pérdida de la pareja por separación
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Pérdida de la propia salud
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Procesos de fertilización asistida
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Situaciones de violencia y abusos
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Procesos migratorios
Estas situaciones generan en las personas una serie de sensaciones, pensamientos, emociones, conductas que dificultan en diferentes grados la capacidad de vivir con alegría y con fluidez la propia vida.
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Pérdida de los límites: al comer, beber, fumar, trabajar, cuidar de otras personas
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Pérdida de la motivación para la vida
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Cansancio constante y sin una causa aparente
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Dificultad para el autocuidado
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Autoexigencia
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Sensación de no tener un buen lugar en la familia, en la vida
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Dificultad para estar en pareja
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Síntomas físicos: dificultad para dormir, opresión en el pecho, llanto fácil y sin aparente causa, rigidez, dolores en zonas del cuerpo sin causa física aparente
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Sentimientos de rabia, dolor, frustración, angustia intensos y, en ocasiones, limitantes