In memorian Yira Castro Montes *06/06/2004
Hace 14 años que mi madre murió, es un día especial y hoy quiero compartir lo que ha pasado en esos 14 años de su ausencia. Años de trabajo terapéutico para integrar tanto dolor y tanto amor.
- Finalicé tres formaciones en psicoterapia y crecimiento personal.
- Tuve a mi hija Sara y sigo criándola con amor junto con su padre.
- Continué ayudando a personas en consulta privada y en talleres grupales.
- Empecé a trabajar en Cruz Roja.
- He conocido a personas maravillosas que siguen a mi lado.
- Acepté cada gesto de ayuda, de acompañamiento, de ser sostenida.
- Ayudo a mis hermanas y a mi hermano a que tengan una vida un poco mejor.
- Se me rompió el alma con la muerte de mi sobrino Arturo de 3 añitos y volví a rehacerme.
- Lloré, rabié, envidié, grité, quise morirme, quise bajarme del mundo, perdí las esperanzas.
- Reí a carcajadas, amé, gocé, susurré, di la vida a otro ser, ayudé a muchas personas a recuperar sus esperanzas.
- Aprendí con todo mi Ser que siempre que quiera volver a verte, mamá, solo tengo que respirar suavemente, cerrar mis ojos, acercarme a tu cuerpo suave y cálido, a tu corazón amoroso y generoso.
- Aprendí que vivir son las elecciones que hacemos ante un regalo que recibimos de nuestra madre y nuestro padre.
En resumen, seguí viviendo intensamente tanto con mi dolor como con mi alegría, con mis búsquedas y mis hallazgos. Compartiendo con mi familia, con mis amistades el milagro de estar viva. Todo lo vivido y aprendido lo pongo al servicio de quienes me piden ayuda, ese es el sentido de mi vida.
Gracias querida mamá, ahora sé con absoluta certeza que vives en cada una de mis células (junto con papá).
Sé que me diste más que suficiente.
Yira Labrador.