Mujeres que guían.

Esta semana murió una mujer muy especial. Lloré su muerte y en ese llanto también lloré a todas aquellas mujeres que guiaron mi camino, un día o una vida y que ya no están.


Pensé en qué importante son esas mujeres que nos muestran que a pesar de nuestros errores seguimos siendo personas valiosas.


Mujeres que nos apoyan con mirada benévola y cálida. Que nos sostienen con firmeza y seguridad. Que nos dan el toque de atención necesario para madurar.


Que con su sola presencia nos enseñan la puerta o el camino que necesitamos para seguir creciendo, para dar pasos hacia donde queremos ir.


Esas mujeres que parecen tener una lámpara capaz de iluminar justo el recorrido que nos hace falta para llegar a buen puerto.


Mujeres imperfectas, con dolores ocultos, con una sabiduría ganada a fuerza de vivir intensamente.


Hoy propongo que demos las gracias a todas esas mujeres que nos han tomado de la mano y nos han acompañado un trecho mientras construimos nuestra autoconfianza, mientras aprendemos a cuidar de nosotras mismas.


Cierra los ojos y al respirar coloca a cada una de esas mujeres ante ti: mira sus ojos, di su nombre y agradécele lo que te dio y lo que te quitó. Nota cómo tu corazón se hace más grande y tu alma más sabia.


Gracias Isabel, Lola, Ada, Elena, Rocío, Nora, Isabel, Griselda, Jutta, Rosa, Marianne, Zuleika, Yomaira, Emma, Hortensia, María Isabel, Susi y muchas más.


Gracias mamá.


Yira Labrador.

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