La compasión.

La compasión es un estado amoroso por una misma y por las otras personas. Se sustenta en el sentido del bien común. Si yo me amo también puedo amar/querer al otro/a.


Esto es revolucionario.


Porque se nos ha enseñado que amarnos a nosotras mismas es igual a egoísmo, pero esto es una confusión.


Porque si miras con atención, ¿qué significa amarse a una misma?


Es mirar con ternura nuestros propios defectos, errores y miedos. De la misma manera que amamos lo hermoso, lo fácil y lo feliz que llevamos dentro.


Es querernos a nosotras mismas sólo por existir.


Es tener la mirada de una madre benevolente que sostiene nuestra presencia, que nos ofrece límites sanos, que cuida de nuestras necesidades, que corrige con suavidad y firmeza nuestros errores, que confía plenamente en nuestra capacidad de madurar y convertirnos en personas adultas completas.


Ser compasivas con nosotras mismas es cuidar de las palabras que usamos hacia nosotras, qué me digo sobre mí misma, el tono, el sentido de esas palabras…


Es cuidar de lo que como, de mi sueño, de mi cuerpo…


Es nutrirme con lo que leo, escucho, siento…


Es evitar el sufrimiento que viene de fuera…


Es compartir mis dones: alegría, ternura, sabiduría, serenidad, con las personas que forman parte de mi vida.


Y darme cuenta que cuando me comparto, surge una corriente amorosa que fluye, que construye, que nos hace sentir que formamos parte de algo más grande.


No somos seres aislados. Es una ilusión. Somos una parte de un todo, llámale humanidad, llámale planeta Tierra, llámale Divinidad.


Seguimos en conexión.

Yira Labrador.

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