¡Feliz día de las madres!

¡¡Pero, no es para ti!!

Se lo dedico a tu madre, quien te hizo el mayor regalo que has recibido: la VIDA.

(Bueno, también tuvo algo que ver tu padre).

Imagina esos meses en los que te llevó en su vientre, erais una sola persona, un tiempo en el que no necesitabas nada, todo te llegaba en tiempo perfecto. Oías su corazón, la acompañabas a todas partes.

Luego te dio a luz, que bonita expresión, ¿no crees? Ese día se entregó al umbral entre la Vida y la Muerte para que nacieras.

Cuidó de ti, te dio el pecho, biberones, te cambió pañales. Brazos, llantos, risas, insomnio, nanas, miedos, soledad, rabietas, pesadillas, tus pasos, los bailes, los silencios, verte crecer.

Puede ser que le guardes reproches, que te haya faltado algo, que aún te quede algo que reparar con ella. Porque los niños y las niñas cuando nos hacemos mayores seguimos esperando algo de mamá.

Pero te digo un secreto: ella ya te lo dio todo.

Solo recuerda, que ella, si, tu madre, primero que todo fue hija, de sus padres, fue mujer, de su tiempo, y que lo hizo todo lo mejor que supo y que pudo.

Porque, sin lugar a dudas te amó y te dio la Vida para que la vivieses lo mejor posible. De la misma manera que ella recibió la Vida de su madre y así generación tras generación.

Así que, solo por hoy, puedes cerrar los ojos, poner a tu madre delante de ti, y decirle: “Si, mamá, lo tomo todo de ti porque viene de ti, gracias por darme el regalo más grande que he recibido, por favor, mírame con buenos ojos si vivo mi vida a mi manera”.

Respira y siente qué ocurre en tu interior. Si te hace bien, puedes repetir esas frases cuantas veces quieras.

Si aún te queda algo por resolver, ya sabes dónde encontrarme y te acompañaré en ese camino.

Nuestra madre es la Vida. Quien tiene a su madre en su corazón, lo tiene todo.

Yira Labrador.